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Boston Celtics enfrenta su mayor desafío tras grave lesión de Jayson Tatum

Boston Celtics atraviesa uno de los momentos más delicados de la era moderna de la franquicia. Durante el último partido ante New York Knicks, en un intento desesperado por mantenerse con vida en los Playoffs 2025, el equipo sufrió un duro golpe: Jayson Tatum, su máxima figura, se rompió el tendón de Aquiles del pie derecho, una de las lesiones más temidas en el baloncesto.

La cirugía, realizada este martes, fue exitosa, pero la recuperación tomará al menos 10 meses, pudiendo extenderse hasta la temporada 2026-2027 si Boston decide ser conservador, tal como ocurrió con Kevin Durant años atrás. Esto obligará a la franquicia a replantearse su futuro inmediato.

El contexto es aún más complicado debido a la situación económica de los Celtics. Tras un reciente cambio de dueño, el equipo enfrenta el reto del nuevo reglamento salarial de la NBA, el cual penaliza fuertemente a las franquicias que exceden el segundo límite de gasto, lo que ya sería el caso con sus contratos actuales, que sumarían más de 450 millones de dólares en costos totales.

Aunque mantienen a casi toda la plantilla bajo contrato, la ausencia prolongada de Tatum podría acelerar una reestructuración parcial. Jugadores como Kristaps Porziņģis, Jrue Holiday y Al Horford podrían salir, ya sea por traspasos o no renovaciones, para aligerar la carga salarial y rejuvenecer el equipo alrededor del núcleo de Jaylen Brown, Derrick White, Sam Hauser y Payton Pritchard.

La baja de Tatum, quien ha sido pilar en el reciente éxito de la franquicia (campeones en 2024 y finalistas en 2022 y 2023), llega en un momento en el que Boston debía tomar decisiones clave. El panorama ahora parece encaminar a los Celtics a una especie de transición obligada, sin llegar a ser una reconstrucción total, pero sí enfocada a volver con más fuerza en la temporada 2026-2027.