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Draymond Green, el alma defensiva de unos Warriors que no se rinden

Por Redacción | 28 de abril de 2025

Cuando muchos pensaban que el ciclo estaba agotado, los Golden State Warriors respondieron con el carácter de siempre. A un paso de las semifinales del Oeste, demostraron que aún tienen pólvora. Y si hay un hombre que representa mejor que nadie la esencia de la batalla en la NBA, ese es Draymond Green.

En el triunfo ante los jóvenes y explosivos Houston Rockets, el conjunto de San Francisco no sólo se apoyó en el talento ofensivo de Stephen Curry o el espíritu competitivo de Jimmy Butler, sino que encontró en Green su muro más valioso. A sus 35 años, con canas en la barba y fama de polémico, volvió a ser el corazón defensivo del equipo.

Guerrillero del juego

La historia de Green no es nueva. Bravucón por instinto y disciplinado por necesidad, el ala-pívot forjado en las calles de Saginaw, Michigan, siempre estuvo marcado por el límite. Su temperamento lo ha metido en más de un problema a lo largo de su carrera, pero también lo convirtió en un engranaje fundamental del sistema que convirtió a los Warriors en dinastía.

Durante el encuentro, Green debió pasar varios minutos en el banco por acumulación de faltas, incluida una flagrante y una técnica doble. Pero cuando regresó al campo en el último cuarto, lo hizo como suele hacerlo: con máxima intensidad, concentración y vocación defensiva. Su sola presencia cambió el ritmo del partido. Su lectura de juego, su capacidad para cerrar espacios, intimidar y contagiar intensidad, volvió a ser decisiva.

Un jugador único

No es el más atlético ni el más prolijo. De hecho, es probable que sea uno de los jugadores más irritantes de la NBA para rivales y, a veces, incluso para su propio cuerpo técnico. Pero en la lógica de los Warriors, Green siempre representa una ventaja competitiva.

Hace algunos años, bajó más de 20 kilos en un solo verano para llegar en forma a la temporada. Ese esfuerzo habla del compromiso de un jugador que, por momentos, parece estar fuera de control, pero que entiende el juego como pocos.

Hoy, cuando muchos miraban al conjunto de Steve Kerr como un equipo en declive, los Warriors demostraron que aún tienen con qué luchar. Y con Draymond Green en modo guerrero, cualquier batalla puede volverse a su favor.

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